dissabte, 24 d’octubre del 2009

L'ANONIMAT A INTERNET

Vull reproduir aquí un article del gran periodista de la Vanguardia Lluís Foix, reflexionant sobre els mals usos que es fa en moltes ocasions de la xarxa. Aspecte aquest, que cada dia ens hauria de preocupar més a tots per tal d'assolir un nivell de respecte en el debat i la informació, que cada cop s'està posant més en perill:


La revolución de Internet ha cambiado los usos de trabajo, de diversión, de comunicación y de conocimiento. Bill Clinton dijo al final de su segundo mandato que la aportación más importante de Estados Unidos en el siglo XX había sido la implantación del tiempo real a través de la red de redes.

El tiempo real es un tiempo mundial que nos pone ante el riesgo de convertir la realidad en un gran presente en el que el pasado no cuenta y el futuro no existe. Es el tiempo de la instantaneidad, de los slogans, de las frases cortas y poco pensadas, del pensamiento rápido y comprimido. Hay que expresar las ideas en 59 segundos. A las enormes ventajas de Internet hay que contraponer una cierta decadencia del intelecto, una fragilidad de pensamiento que nos es suministrado por los buscadores de la red que trabajan y en cierto modo piensan por nosotros.

Llevo escribiendo esta Libreta desde el año 2002. He colgado en la red varios miles de artículos. Ha sido un privilegio poderlo hacer. Pero estoy todavía más agradecido por la calidad intelectual, por el respeto y las formas utilizadas por quienes se han molestado en escribir sus opiniones debajo de estas miles de libretas. Gracias por el debate que se ha suscitado, por las opiniones contrarias, por las críticas y también por las coincidencias de criterio que han planteado ustedes a lo largo de los años. Cuánto he aprendido.

Quisiera, sin embargo, referirme al gran peligro del anonimato en Internet. Una sociedad en la que se puede decir todo a cualquiera sin dar la cara, con miles de comunicaciones anónimas que circulan por la red, con alabanzas o insultos, es una sociedad que camina hacia la confusión. Una de las aportaciones más interesantes de la red es la rendija de libertad que se ha abierto, local y globalmente, cuando muchos medios clásicos han perdido el monopolio de la información y de la opinión. Es una revolución muy positiva. Pero cuidado con el tirar la piedra y esconder la mano, al tanto con la ausencia de debate y reflexión, alerta con la pobreza de la virtualidad construida sobre el anonimato.

Que no se convierta la hegemonía de la comunicación que viene desde arriba, con nombres y apellidos, con periodistas y empresas que dan sus nombres, en otra hegemonía que viene desde abajo amparada en el anonimato. No se puede debatir con un anónimo.

Se está creando un control difuso pero real de quienes pueden pasarse horas en el ordenador, a veces contratados por alguien, descalificando, insultando y poniendo en peligro la convivencia. Repito, no es mi caso. Internet debería servirnos para elevar el nivel de reflexión y debate en la sociedad del presente y en la del futuro.

Podríamos llegar a saber muchas cosas, casi todas, pero desconocer lo que pasa en realidad porque no sabemos la más importante. Cuando los anónimos adquieren categoría de sujetos que emiten informaciones y opiniones, se corre el riesgo de caer en una babélica confusión local y global.